

La mandarina, conocida científicamente como Citrus reticulata, es una fruta cítrica de gran importancia en Perú, tanto por su valor nutricional como por su contribución a la economía del país. Originaria del sudeste asiático y Filipinas, esta fruta se ha adaptado bien al clima peruano, especialmente en regiones como San Martín, Madre de Dios, Lima, Junín, Cusco y Ayacucho. Con una producción anual de 481 mil toneladas, Perú se ha posicionado como un proveedor significativo en el mercado mundial. Las mandarinas peruanas son apreciadas por su dulzura y jugosidad, y son exportadas a países como Estados Unidos, Reino Unido, Países Bajos y China. Además de consumirse frescas, las mandarinas se utilizan en la industria de la belleza por sus aceites esenciales, que poseen propiedades antisépticas y antiespasmódicas, y también ayudan a conciliar el sueño y estimular el apetito. La diversidad de mandarinas en Perú incluye variedades como la Clementina y la W. Murcott, destacando por su sabor y calidad.